Autor:
Melvin Molina

Por alguna razón, genética, por la luna o por quien sabe qué, hay personas que les encanta compartir su comida con otros y probar la de los demás.

Otros, entre los que me incluyo, por alguna razón llegamos a este mundo sin ese chip y sencillamente no somos seguidores de esa práctica.

Lo cierto es que si a usted compartir se le da tan bien, como a Albino eso del encadenamiento público, tiene que darle la oportunidad a las tapas españolas.

Para hablarles de esta forma gastronómica mediterránea, me fui de viaje a España pasando por la Estación Atocha, en la Sabana. Un restaurante español en el que uno hace caso omiso a las palabras del Flaco de Úbeda con eso de que “Al lugar donde has sido feliz, no debieras tratar de volver”, porque sí que vale la pena regresar.

Comienzo con una sencilla en elaboración, pero que es todo un clásico y que difícilmente le va a quedar mal a alguien: Patatas con alioli.

Básicamente son papas fritas, se parten en cubos grandes y se acompañan con esta salsa o emulsión con ajo, aceite y huevo.

No hay mucho que decir, una papa frita si está recién hecha y no pasó por ese criminal proceso de precocinarla, congelarla y luego volver a sumergirla en aceite, siempre será una papa muy bien recibida y desde luego, excelente para compartir.

Propuesta número dos.

Una desconocida con nombre peculiar: Cachetes de cerdo. Si se están preguntando ¿qué carajos es eso? Les cuento que es una tapa que combina carne de cerdo en una elaboración muy particular.

Se toma la papada del cerdo y se le quita la parte grasosa, luego lleva un proceso de cocción casi tan lenta como la presa del peaje de Escazú un viernes a las 6 pm. En esa etapa se le agrega vino tinto y un pimiento conocido como guindilla de Ibarra.

Luego que finaliza su cocción, se desmenuza la carne y se sirve sobre un plato de arroz blanco.

La carne tiene un rico sabor, su textura es suave y una vez en el paladar despierta en uno el deseo de no parar de comer. Tiene un color oscuro, resultado del uso del vino tinto, y contrario a lo que muchos podrían pensar, no es especialmente pesado o grasoso.

Una tapa de mar

En la propuesta tercera que tal si nos atrevemos a probar algo que me parece, según mi enorme desconocimiento, que es una tapa con un producto que pocos ticos conocemos: Boquerones.

Creo que se hace necesario una pequeña explicación de qué es esto. Un boquerón es un pececillo de unos 15 a 20 centímetros, es muy común en el Mediterráneo y es familia de las sardinas. Otro dato, es el mismo pez del que se elaboran las anchoas, alimento que recibe ese nombre cuando pasó por un proceso de salazón y se genera una conserva con aceite de oliva.

Ahora bien, regresemos a nuestra tapa. En la mesa lo que recibimos es un plato con el filete de  estos peces, se presentan en aceite de oliva extravirgen, se le añade perejil y se acompañan de pan español y pimiento.

Su sabor claramente que es ligeramente salado, como cualquier producto del mar. Tiene una textura firme y gracias al aceite de oliva, el perejil y otros secretos de Estación Atocha, ofrece como resultado un sabor distinto que quizás uno al principio le genera sus dudas, pero al que luego no se puede resistir.

Mi recomendación es que aprovechen el pan, le ponen encima un boquerón y lo prueban. Eso le da un giro a la tapa (aunque no sé si ya eso se denominaría montadito) que de seguro les encantará.

Estas tres tapas de Estación Atocha en Sabana norte son una ligera guía para empezar, ya que ellos tienen en su menú 21 tipos de tapas (más entradas frías, calientes, platos fuertes, platos ejecutivos para el almuerzo y postres) de las que enamorarse.

Lo bueno de las tapas, para quienes son amantes de compartir, es que en una mesa cada comensal pide una y se ponen al centro. Luego llega el festín donde todos prueban de todo.

Además, esto muestra uno de las mayores atractivos de la cocina como lo es el poder de unir, de generar espacios para compartir a familiares y amigos. Si además le añadimos a la ecuación una copa de vino o una caña de cerveza, los resultados podrían ser incluso mejores.

¿Antojados?, entonces visiten Estación Atocha en Sabana, 300 metros al norte de Rostipollos, diagonal a Casa España.

Horario: De lunes a jueves de 12 a 3 p. m. y de 6 a 11 p. m., viernes y sábados de 12 mediodía a 11 p. m. jornada continua.

Teléfono: 2220-0207.

Facebook @restauranteestacionatocha