Parada en Estación Atocha
De tapas a Madrid, vía La Sabana
Edición 737
Estación ferroviaria de Atocha. Referente madrileño por excelencia desde 1851, ha figurado con frecuencia en la literatura, como en las obras Misericordia y Fortunata y Jacinta , de Benito Pérez Galdós.
Podría decirse que, con su fachada decimonónica y sus modernos agregados, Atocha es una especie de resumen de la memoria de Madrid.
Ha de haber sido por eso que María José García, la propietaria de este nuevo restaurante, decidió llamarlo así, como tributo a los años que vivió con su familia en España y que confiesa la marcaron para siempre.
Nuestro joven invitado, Pío Miranda, es ingeniero, especialista en ingeniería estructural sismo-resistente (de la Escuela Europea de Estudios Avanzados en Reducción del Riesgo Sísmico de Pavía, Italia).
Ejerce la docencia en la Universidad de Costa Rica y es presidente y director de la firma de ingenieros consultores SismoCon.
Miranda acaba de recibir el Premio a la excelencia en proyectos de graduación en Ingeniería estructural, de la Asociación Costarricense de Ingeniería Estructural y Sísmica (ACIES), por su tesis de maestría, sobre la capacidad de desplazamiento de columnas de concreto reforzado durante un sismo.
La conversación tiene un tono optimista. Miranda expresa su parecer de que en Costa Rica hemos sido pioneros en normar la construcción para prevenir los sismos y que hay una conciencia nacional al respecto.
“Hace ya un siglo que esto se viene haciendo, lo que nos ha ayudado a minimizar la pérdida de vidas por terremotos, muy alta en otras regiones del continente”, comenta.
Abrir el menú (pequeño, pero de una variedad satisfactoria), es antojarse.
Mientras, las copas de fresca sangría con diminutos cuadritos de manzana comienzan a evocar una tierra que ha estado siempre presente en nuestros libros escolares y que hoy nos invade diariamente a través del cable.
Ni hemos ordenado y ya la conversación se va mezclando con nuestro criterio unánime sobre lo bien que se come en España.
Cuando llegan las abundantes entradas, con música de flamenco al fondo, empezamos a confirmarlo.
Entradas
Bocata de pollo (trozos de pollo a la plancha, con cebolla confitada y queso manchego, en pan de costra dura). Si Atocha resume a Madrid, este platillo comienza a dibujar el restaurante. Anotamos: sencillez acogedora con buen gusto, cocina generosa.
Boquerones (pescadillos pequeños, familia del arenque y la sardina, servidos fríos, en conserva, en aceite de oliva y ajo).
Plenos de sabor, lo mismo que unos acompañamientos de cortesía – allioli y una salsita de tomate natural –, que habían llegado a la mesa con finas rodajitas de pan.
Mixto Atocha (porciones de tortilla española, croquetas de queso y patatas gratinadas con queso y jamón).
Muy buenas. La carta dice “para dos personas”, pero igual hubieran comido cuatro.
Platos fuertes
¿Por qué hay tanta destrucción cuando se viene un terremoto (aunque haya pocas muertes)?
Miranda piensa que eso ocurre, sobre todo en casas de sectores más desprotegidos, por la falta de recursos para hacer estudios previos (de suelo, por ejemplo), o para implementar todas las regulaciones de los códigos, más que por negligencia.
“Creo que, como país, hemos hecho las cosas bastante bien en el área estructural”, afirma.
Bacalao a la Llauna (trozo de bacalao, sobre una cama de patatas gratinadas al horno, con allioli, salsa de tomate natural y cebolla confitada).
Excelente adición a la carta. Placentera la variante de agregarallioli y sentarlo sobre cama de papas.
Corvina Andaluza (bañada en un sofrito de aceite de oliva, láminas de ajo, zumo de limón y guindillas, acompañado de vegetales al vapor).
Jugosa, salió bien de punto y carga gustativa.
Los vegetales (zanahorias, brócoli y algo más) preservan todo su color, sabor y textura naturales, pero venían presentados de una manera que no les hacía justicia, sobre todo en la primera visita.
Gambas al whisky (camarones a la plancha, bañados con un sofrito de aceite de oliva, ajo y perejil, y flambeados con whisky; con arroz blanco).
Equilibrio inmejorable de sabor entre los tres elementos, pero de nuevo anotamos el diseño borroso de los ingredientes sobre el plato –o la ausencia de diseño–.
Corvina a la plancha en versión ejecutiva (también con vegetales al vapor; acompañada de gazpacho, ensalada verde o crema de lentejas; postre y bebida).
Delicada y carnosa, tan fresca como la ofreció el camarero; el gazpacho excelente, con la cebolla, el pepino y el chile dulce rallados o picados muy fino.
Postres
La carta de postres es reducida, pero de calidad estelar.
Solamente hay cuatro opciones. Las tres primeras: crema catalana (de cien), helado de crema catalana (igual) y peras al vino con helado (apetitosas).
No probamos la cuarta, flan de caramelo.
¿Qué falta por hacer en construcción antisísmica?, preguntamos a nuestro invitado. “Más investigación nacional”.
“Tenemos magnífica cantidad y calidad en profesionales de ingeniería estructural, graduados en las mejores universidades del mundo, con experiencia.
“Debemos seguir creciendo en esa línea, por el bien del país”.
La cocina generosa, robusta, de muy buen nivel, arranca con viento favorable.
La conversación, esperanzadora con respecto a los jóvenes profesionales que hablan desde la excelencia.
Ambas, comida y charla, invitan, irremediablemente, a repetir.
Calificación final:
Restaurante
Calificación final: Cuatro caracoles
Dirección: Del ICE 100 oeste y 100 norte, Sabana Norte.
Teléfono:2220-0207
http://www.youtube.com/watch?v>Sy6umrosz3w
Para tomar en cuenta
Para los dueños:La buena calidad de la comida hace imprescindible dedicarle un poco de pensamiento a la presentación de ciertos platos. No se trata de convertirse en un restaurante con ínfulas de cocina ultrasofisticada, lo que evidentemente no es el objetivo, pero sí de realzar con la presentación la excelente confección de las recetas. Para decirlo con jerga de construcción, en algunos casos falta pulir los acabados. Los camareros son eficientes y mantienen una atenta distancia. Podrían ser más cálidos.
Para los clientes:Recuerden al ordenar, que las porciones son generosas. Aprovechen para tapear y disfrutar de los buenos vinos. Sus menús ejecutivos (realismo en tiempos de austeridad) permiten hacer una comida completa por un precio razonable, máxime si se aprovecha la promoción de descuento con algunas tarjetas. Estas opciones, y las salas que ofrece el restaurante, pueden funcionar para reuniones corporativas. Hay cochinillo asado, entero o en porciones, lo mismo que otros platos de carne. En el segundo piso hay un bar de vinos y tapas.